diumenge, 25 de juliol del 2010

Soria, provincia de

Ayer por la tarde arribabamos a Calatañazor, donde Alamanzor perdió su tambor, con el Sol a media altura en el horizonte, ficimos una reserva en un alojamiento rural para la última noche del viaje, y honestamente, acertamos.

Es una aldea muy medieval, tiene 70 moradores y edificaciones de face siglos, fastuoso a la par que pequeño, así que lo recorremos fácilmente. La casa en la que nos alojamos, del siglo XII, es preciosa, destacando de sobremanera la cocina original (s.X), con una gran chimenea y los pucheros de hierro.

Es un lugar en el que ir a pasar unos días, envueltos en silencio, paz y tranquilidad, visitando parajes naturales y con pocas personas a tu alrededor.

Esta mañana hemos visitado Soria, una de las capitales de provincia más pequeñas de la piel de toro, y si bien no es tan fastuosa como otras, si que son imprescindibles la ermita de San Saturio (patrón de la ciudad) excavada en la roca, el claustro abierto de San Juan de Duero y un paseo relajado por el casco antiguo, por el que hemos aprendido algo (un poquito sólo) de la relación de los más grandes escritores españoles con Soria, Machado, Cervantes (aunque de éste no lo tengo tan claro), etc. y nos hemos deletitado con un surtido de montáditos a un euro cada uno. Para terminar un viaje agradable e inolvidable.

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